La traducción de documentos académicos

Retos y dificultades en la traducción de documentos académicos

Una de las funciones de la traducción se encuentra en el ámbito académico, un trabajo que, sorprendentemente, no se encuentra excesivamente estudiado.

De hecho, estos profesionales acuden con frecuencia al apoyo de un traductor profesional que, pese a su experiencia y formación, cuenta con pocas herramientas de apoyo para realizar esta labor.

Ello se debe a que los estudios de especialización de traductores no prestan especial atención a este ámbito de la traducción. Una categoría que es frecuente y altamente demandada para los profesionales de la traducción. Esta tendencia es consecuencia, en primer lugar, por la necesidad que todo estudiante o investigador tiene de homologar su título para que sea expedido en países distintos al de su procedencia.

En este sentido, nadie debe extrañarse que las traducciones en el ámbito académico no están exentas de problemas y dificultades a la hora de ser realizadas, puesto que de hecho son numerosos los escollos que tienen que sortear.

Uno de los más significativos son los falsos amigos que pueblan este tipo de documentos. Al hablar de este concepto nos referimos a aquellos vocablos pertenecientes a dos idiomas distintos que aparentemente tienen un parecido y similitud amplios. Su aparición en este tipo de trabajos es frecuente, una presencia que resulta especialmente problemática, puesto que da lugar a multitud de errores.

 

Ejemplos de traducción de terminología académica

Son muchos los ejemplos que un traductor se encontrará por el camino. Comenzando por el vocablo alumna, cuyo significado no es el de estudiante, sino el de antigua alumna, persona que ya se encuentra graduada por una determinada escuela o universidad. Lo mismo puede decirse de su versión masculina, alumnus, que se requiere a antiguo alumno.

En este orden también podemos añadir el término faculty. Esta palabra no necesariamente debe asociarse al concepto de facultad como espacio físico o cualidad de la persona sino que hace referencia al personal docente o al cuerpo docente de una institución determinada.

Un error en el que también es frecuente caer si nos encontramos con el término lecturer. Este vocablo no tiene el significado de lector, sino por el contrario el de profesor universitario o profesor de universidad. En el mismo grupo podemos incluir al concepto scholar, que no se refiere a un escolar, sino a una persona que pertenece a la academia, un erudito. 

Con respecto a los errores temporales, uno muy destacado es el uso erróneo del concepto quarterly. Este se refiere a un trimestre –una cuarta parte del año- y no a un cuatrimestre –cuatro meses- como su denominación podría hacer creer.

Finalmente, también es interesante hacer referencia a dos conceptos que pueden inducir a error. Estos son school y public school. En el primer caso hacemos referencia no a una escuela, sino a una facultad o a una universidad –esto es: a una institución académica-. En el segundo, a una escuela de carácter privado, si la traducción se realiza en inglés británico.