Materia legal: la traducción de contratos de trabajo

La demanda de profesionales especializados y el aumento de empresas internacionales han hecho que cada vez más personas crucen las fronteras para trabajar en otros países. A su vez, crece la demanda de profesionales especializados en contratos de laborales, cuya traducción presenta ciertas dificultades técnicas y estilísticas.

Los contratos de trabajo establecen las bases de las relaciones laborales entre empresarios y trabajadores. Su contenido suele ser el mismo en la mayoría de los países, pero difieren en gran medida en cuanto a su estructura y estilo.

 

La traducción de su contenido

Los traductores que se enfrentan a la traducción de un contrato de trabajo deben asegurarse de incluir todo aquello que exigen las leyes y normativas de empleo de cada país. Normalmente, un contrato de trabajo menciona la identidad de ambas partes (nombre completo y dirección del trabajador, domicilio social de la empresa, etc), la fecha de comienzo del empleo y la duración estimada del mismo, el salario, la duración de la jornada laboral, el derecho a vacaciones, etc.

Es importante que el traductor conozca la legislación laboral de cada país para comprender mejor los derechos y deberes del trabajador. Por ejemplo, al traducir al español un contrato de trabajo emitido en China, es aconsejable conocer las condiciones de despido de su mercado laboral. De esta manera se asegura una correcta traducción y se evita dar lugar a posibles dudas y ambigüedades.

 

Estructura

Los contratos suelen tener una estructura muy concreta, que facilita su uso y comprensión. Para traducir un contrato a otro idioma y garantizar que sea comprendido en su totalidad en un nuevo mercado es muy importante seguir ciertas normas estilísticas prefijadas. Esto incluye el uso de tipografía, el orden y presentación de sus partes, la organización de posibles anexos, etc.

 

Una dificultad siempre presente: los tecnicismos

El uso de un vocabulario técnico hace que a menudo los contratos y otros documentos jurídicos sean difíciles de comprender para la mayoría de los usuarios. Sin embargo, facilitan la lectura y la comprension de aquellos profesionales que están familiarizados con el lenguaje legal. Por ello, el traducir de forma incorrecta algunos términos puede hacer que ciertas ideas resulten ambiguas. Por ejemplo, la traducción de textos legales del inglés al español resulta compleja en muchos casos debido al repetitivo uso que se hace de palabras polisémicas en diferentes contextos.

Aunque la traducción de contratos de trabajo se ha agilizado y simplificado dentro de las fronteras de la Unión Europea, sigue siendo un servicio muy demandado a agencias de traducción internacionales. Sobra decir que, cuando se trata de traducir textos para mercados laborales más lejanos, como los asiáticos, se demanda cada vez más la labor de traductores especializados en traducciones jurídicas.