Traducción de patentes: definición y especificidades que conviene conocer

¿Qué es una traducción de patentes? ¿Qué particularidades presenta este tipo de traducción y a quién hay que acudir para realizar este tipo de servicio? Te contamos todo lo que necesitas saber sobre el tema.

 

¿Qué es una patente?

Para empezar, debemos comenzar definiendo lo que es una patente. Se trata de un título de propiedad industrial que dota a su titular de un derecho exclusivo de explotación y que prohíbe a cualquier otra parte explotar la invención patentada. Esta es la única manera de garantizar la propiedad de una idea o producto.

El periodo de validez y las condiciones para obtener una patente varían de un país a otro.

También conviene saber que una patente solo será válida en el territorio donde se realiza la solicitud. Por lo tanto, para que una patente sea válida en otro país será necesario realizar una solicitud de patente a nivel local, ante el organismo encargado de la gestión de la propiedad intelectual en el país de destino o bien ante la Oficina Europea de Patentes (beneficiándote así de la protección de tu invención en 38 Estados europeos), o bien ante la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), que consta de 151 países miembros. Además, debes saber que para realizar una solicitud de registro de patente pueden solicitarte varios documentos: una descripción del producto, una especificación, un informe de investigación, la opinión de los examinadores de patentes, acuerdos de licencia...

Además, las patentes pueden afectar a un buen número de industrias y sectores: ingeniería, medicina, ciencia, agroalimentación, bioquímica, automoción, mecánica, informática, farmacéutica...

 

¿Cuáles son las especificidades de la traducción de patentes?

Ante todo, conviene saber que una patente es un documento muy exigente, complejo y que cuenta con una dimensión jurídica.

La traducción de patentes requiere, pues, un gran conocimiento de la terminología específica del sector en cuestión, además de una gran minuciosidad y precisión.

Así pues, la patente se debe adaptar a las normas vigentes en el país y ser plenamente conforme a los convenios relativos al formato y al contenido solicitados en el país de destino.

Además, este documento debe describir de forma exhaustiva y muy detallada el producto o el concepto, de forma que no sea posible su reproducción. Este texto puede reunir mucha información diferente: cifras, gráficos, ilustraciones… por lo que se requiere un gran nivel de detalle. El traductor debe ser capaz también de comprender todos los aspectos de la patente, tanto la dimensión técnica como la jurídica.

 

¿A quién encargar la traducción de una patente?

La traducción de patentes presenta, pues, una serie de retos de envergadura. En caso de litigio, la patente traducida no puede ser objeto de duda. Por lo tanto, es esencial elegir bien el proveedor adecuado a la hora de encargar una traducción de este tipo, con el fin de garantizar la protección de la propiedad intelectual a través de este documento.

Será necesario recurrir a un traductor profesional especializado en el sector afectado por la patente. El traductor debe traducir exclusivamente hacia su lengua materna y, preferiblemente, vivir en el país de destino de la traducción.

El respeto a la confidencialidad y la profesionalidad son otros aspectos de calidad indispensables que se le suponen a un traductor de patentes.

 

Preguntas y respuestas sobre la traducción de patentes

La traducción de una patente puede resultar necesaria a la hora de realizar una solicitud de registro de patente en un país extranjero. También puede requerirse este tipo de traducciones si el documento se debe enviar a un socio comercial o a un inversor extranjero, por ejemplo.

El coste de la traducción de una patente varía en función del volumen de palabras (no es extraño ver que una patente contenga cien páginas, por ejemplo), de la pareja de lenguas y del sector de especialización en cuestión. También conviene saber que una solicitud de registro de patente tiene un cierto coste, el cual puede variar en función del país.

No es obligatorio recurrir a un traductor jurado para la traducción de una patente, pero sí podría ser exigido su servicio por un organismo extranjero.