La banca electrónica clásica, a través de la cual se puede acceder a las cuentas bancarias personales a través de Internet, no se inventó en Silicon Valley, sino por un banco de consumo de la zona de Düsseldorf. En la década de 1980, este pequeño banco hizo que por primera vez fuese posible consultar ver las finanzas personales en línea. Comenzó siendo un sistema de autoservicio en el vestíbulo del banco, que permitía a sus clientes acceder a sus cuentas durante las 24 horas del día.